martes, 18 de diciembre de 2012

Capítulo 7: Cuanto antes mejor.

Tom nos enseñó varios restaurantes donde podríamos ir a cenar, alguna que otra tienda para comprar ropa, complementos, zapatos.. y nos enseñó un poco de cultura de allí. Fuimos a tomar un batido los cinco.Mientras estábamos sentados no paraba de mirar a Tom me parecía tan interesante, que hasta yo creo que nunca había estado tan atenta a una persona como lo estoy de él. Nuestras miradas se cruzaban de vez en cuando, yo siempre apartaba la mirada, me daba un poco de vergüenza mirarle a los ojos directamente y tengo que admitir que vergüenza yo no le suelo tener a nada pero este chico desprendía algo que me hacia que me diese vergüenza.
Pasamos una tarde genial. Estaba ya anocheciendo cuando decidimos volver al apartamento.
El vuelo, el callejear. No habíamos parado desde que pisamos Los Ángeles. Estaba súper cansada. El cambio de hora no me sentó bien.
Eso de que haya tantas horas de diferencia no es bueno para mi organismo.
Una vez que llegamos al apartamento les di la buenas noches a mis padres y me fui a mi habitación. Me puse el pijama y me tumbé en la cama. No tarde ni dos minutos en quedarme dormida. Soy de sueño ligero pero si hay que quedarse despierta hasta tarde por una fiesta o algo, se esta.
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Una luz y un ruido hicieron que me despertara. Mi madre estaba subiendo mi persiana dejando así entrar la.luz del sol.
-Oye, que yo aun tengo sueño - me quejé.
-Es lo que hay, son las nueve y media y dentro de una hora tenemos cita con tu nuevo director.
-¡¿QUÉ?! ¿Voy a empezar ya?
-Cuanto antes mejor.
-Pero si llegamos ayer.
-La cita ya esta, así que no podemos llegar tarde. ¿No querrás dar mal ejemplo?
-No, claro que no, pero no quiero ir al instituto el segundo día de haber llegado a Los Ángeles.
-Hija, no hemos venido de vacaciones. Así que levntate, que ya tendrás tiempo de descansar después de comer y el fin de semana.
-No me parece justo, al menos una semana de vacaciones podríamos tener.
-La tendrás cuando haya fiesta o sean vacaciones.
-Para eso hubiera preferido quedarme en España con la tía o con otra persona.
-Lávate la cara y ves a desayunar que vamos a llegar tarde - dijo saliendo de mi habitación.
-Me ha ignorado completamente - me dije a mi misma - Bueno, venga vamos a levantarnos ya, que la primera impresión es la mejor i eso creo.
Me fui al aseo me lave la cara y fui a por mi vaso de leche.
Una vez que ya me lo había tomado. Me fui y me duche rápida. Salí del aseo y me puse a peinarme. Me alise el pelo. Me puse un pantalón pitillo vaquero junto con unas MTNG rosas, una camiseta fina casi del mismo tono y una rebeca negra por si acaso refrescaba.
Una vez que ya estaba lista me dirigí al salón donde mi madre me esperaba ya lista. Cogimos el coche y nos acercamos al instituto. Mi madre aparcó en la puerta. Tocó al timbre y cuando una voz masculina contestó.
-¿Quien?
-Tenemos una cita con el director.
El hombre nos abrió la verja gris. Nos acompaño hasta el despacho del director donde entró, informó al director de que ya estábamos aquí y luego salió y nos dijo que nos esperáramos que estaba terminando de hablar por teléfono.
Cuando el director terminó de hablar nos dio paso a su despacho.
-Buenos días.
-Buenos días, señoritas.
Mmm.. parecía majo.
Estuvimos hablando una media hora. Todo de mi, de mi lugar de nacimiento, de lo que me gustaba hacer, de mi comportamiento, etc etc. Una vez que acabamos la entrevista me dijo que podía empezar las clases mañana mismo. Me dio todos los libros que eran y también me dio un chandal que había que ponerse siempre para cuando nos tocase educación física. Bueno, no me podía quejar, había dado una buena impresión, me parecía un buen hombre y las instalaciones no estaban nada mal.
Me dijo unos trucos para no perderme. La mayoría de mis clases estaban en el ala sur.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Capítulo 6: Es majo el chico.

Tengo que admitir que el chico no estaba nada pero que nada mal. Hubo un momento en el que me miró y sonrió, yo muy amable le devolví la sonrisa. Tenía una sonrisa muy bonita.
-Acompañenme tengo el coche aparcado allí. - dijo señalando una furgoneta negra - Permitame - dijo cigiendole una maleta a mi madre.
-Oh, no te molestes, puedo yo.
-No es molestía.
Por la cara que tenía mi hermano sentía que no le caería bien.
Nos montamos en el coche y el chico condujo hasta donde nos alojaríamos durante un tiempo. El chico tendría unos 19 años, era alto, pelo castaño claro y liso, bueno no se si era liso pero lo llevaba a lo guay para arribaasi que lo llevaba tieso y los ojos bueno preciosos para que decir más un verde azulado. Sí, yo en todas esas pequeñas cosas me fijo y aun que no me haya dado tiempo a mirar bien lo sabía. Respecto a la ciudad era preciosa, cada cosa que veía me gusta cada vez más.
Llegamos a lo que seria nuestro apartamento. Era un edificio enorme, que digo enorme, gigante. Nuestra planta era la 51 nos indico el chico. Nos dijo que él sería niestro gia durante un par de dias. Nos estuvo enseñando unas cosas y luego nos acompaño a la habitacion. Cada vez que me miraba me ponia nerviosa, no sabia que hacer, donde esconderme para que viera que me estaba poniendo colorada.
-Bueno, señores esta es su planta, su puerta es la 1-D. Luego, despues de comer, vengo y pes hago una pequeña gia.
-Me parece muy bien, Thomas.
-Señor, llameme Tom, Thomas suena muy serio para mi edad.
-¿Y cuántos años tienes? - pregunté incoscientemente.
-¡Ainhoa! Eso no se pregunta - me dijo mi madre.
-No me importa responder, tengo 19 años, Ainhoa - al oir que decia mi nombre me quede un poco atontada, parecia un gilipollez pero ese chico me estaba empezando a gustar.
-Bueno, pues luego nos vemos Tom - dijo mi padre terminando la conversacion.
La casa era 'Wooow' enorme. Se notaba que la empresa de mi padre tenía dinero. Estuvimos viendo la casa, emparejandola y dejando cada cosa en su sitio. Luego, bajamos a comer a un restaurante que teniamos en la calle de al lado. Cuando ya estabamos sentados y habiamos pedido. Empecé ha hablar yo 
-Es majo el chico.
-Eso parece - dijo mi padre.
-Cuando necesites ayuda por la ciudad le podéis llamar.
-Nos la apañaremos solos.
-Bueno, pero si por alguna casualidad necesitáis algo, ya sabéis.
-Claro.
Nos trajeron la comida. Estuvinos hablando un poco más. Una vez que terminemos subimos a la nueva casa y esperamos a Tom. A las cuatro y media se oyó el timbre.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Capítulo 3: ¿Te gustan?

Estuvimos andando unos quince minutos, hasta que entramos en una tienda en la cual me enamoré del vestido del escaparate. Le pedí a la una chica que había ordenando que si me podía sacar mi talla. La chica muy amable me dijo que la esperase que iba a mirar si tenía. Al poco tiempo vino con el vestido en la mano.

-Toma, aquí tienes. - dijo dándome el vestido - cualquier cosa me llamas.
-Claro, gracias.

Me fui hasta el probador, entré y me probé el vestido. Para ser sincera me quedaba bastante bien. Salí para que mi madre me lo viera.

-Te queda bastante bien. ¿Te lo vas a llevar?
-Sí - le conteste yo con una sonrisa metiéndome en el probador.

Salí, pagué el vestido y nos fuimos a seguir mirando tiendas.

-¿Qué te has comprado? - me preguntó mi hermano.
-Un vestido.
-¿Cómo es?
-Si hubieras entrado me lo hubieras visto puesto.
-Me he ido a por un helado, tenía hambre.
-Aaaah, pues luego me lo ves en casa - me encantaba esa parte de mi hermano, siempre tenia hambre.
-Vaaaale..
-Pobretico, - dije dándole un beso en la mejilla - venga vamos a entrar en esa tienda.

La tarde pasó bastante rápido para mi gusto, me gustaría haberme comprado más ropa pero mi madre me dijo que ya llevaba bastante y es verdad, me compre bastante. Cuando llegamos a casa mi hermano me dijo que me había comprado una cosa. Me la trajo y tarde poco en quitarle el papel de envolver. Mi hermano me había regalado las gafas de sol que tanto quería yo.













Me había quedado sin palabras. No sabía que decirle, hacía tantas cosas por mí que no sabía como agradecérselo.

-¿Te gustan? - me preguntó al ver que no yo articulaba palabra.
-No. - dije seca. Vi como su cara cambia. Me tiré a sus brazos. No si llega a etar el sofá detrás nos caemos al suelo. Le abracé muy fuerte y acto seguido le di un fuerte beso - No me gustan, me encantan - dije con una sonrisa de oreja a oreja se formaba en nuestros rostros.
-Me parece genial - dijo abrazándome.

Cuando terminamos de cenar eran ya las once y mi padre aun no había venido. Mi madre se quedó en el sofá viendo una película, esperándole. Yo, por otra parte, me fui a dormir estaba bastante cansada y mañana tenía planeado irme pronto a correr. Me acerqué a la habitación de mi hermano y le pregunté si mañana se venía conmigo, aceptó, como no. No dejaría que me fuera sola ni una sola vez, por muy vago que sea. Es vago pero está todo el día haciendo ejercicio. Me acosté en la cama, enchufé el móvil después de dos días. Tenía varias llamadas perdidas y unos cuantos mensajes, un par de menciones y tres mensajes directos.

-Esta gente como me echa de menos.

Decidí llamarles mañana cuando viniese de correr.

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A la mañana siguiente no tenía muchas ganas de irme a correr, me encontraba cansada pero ayer no corrí así que me sentía mal conmigo misma. Me levanté y me fui al baño a asearme, después baje a desayunar. En la cocina se encontraban mi padre y mi hermano ya vestido y listo para correr.

-Buenos días - me dijeron.
-Buenos días.
-¿Lista para correr?
-Claro que sí.
-Venga desayuna que en veinte minutos nos vamos - me dijo levantándose de la mesa.
-Vale.
-Hija, tienes tu vaso de leche en el microondas.
-¿Llegaste muy tarde anoche? - le pregunté dirigiéndome a por mi vaso de leche.
-Cuando llegué me dijo tu madre que hacía quince minutos que te habías ido a dormir.
 -Sí, es que estaba cansada.

Me acabé mi desayuno y me fui a vestirme me puse unas mayas negras una camiseta ancha de manga corta y me puse los deportivos. Avisé a mi hermano y nos fuimos.

-No tardéis mucho - nos dijo mi madre antes de salir por la puerta.

Empezamos calentando un poco, luego fuimos andando rápido hasta al final acabar corriendo a un ritmo constante. Pasaron varios chicos a los que yo me quedé mirando, eras bastante guapos. Después de llevar una media hora corriendo vimos pasar a un grupo de chicos los cuales me silbaron, digo vimos por que Niko también los vio y casi va a pegarles. Si no le llego a parar les parte la cara, y eso que solo me han silbado, si llegan ha hacer otra cosa no quiero saber como hubiera acabado eso.
Paramos a descansar unos cinco minutos más o menos.

-A veces te pones bastante agresivo, eeh.
-No soy agresivo solo te protegía.
-Pero si solo me han silbado, no han hecho nada más.
-¿Solo silbado? Tú no has visto la cara que han puesto. Parecía que con la mirada te lo hacían todo. Además, que a ti nadie te toca sin mi consentimiento.
-¿Y si algún día lo hace alguien que pasará?
-Qué se las verá conmigo - dijo levantando la cabeza en señal de superioridad.
-Entonces, ¿ahora en vez de pedírselo a papá te lo pedirán a ti?
-Muy bien, señorita. Veo que entiendes la situación.
-Pues la verdad es que la situación no mucho pero bueno..
-Anda venga vamos, vamos a seguir que quiero terminar ya.
-Vale pero que conste que ya tengo dieciséis años se cuidarme yo.
-¿Tú?¿Con dieciséis años?¿Saber cuidarte? - empezó a correr riéndose.
-Oye, no te rías de mi - dije corriendo hasta llegar a su altura.
 -Ya hablamos luego - me dijo. Yo me limité a asentir con la cabeza.



martes, 11 de diciembre de 2012

Capítulo 2: Sííí, de tiendas por París.

Me levanté de buen humor. Hoy sentía que iba a ser un buen día. Me fui a dar una ducha, me llevé mi radio-caset y puse la música a tope. A la media hora salí. Cuando ya me había peinado y vestido.

(Así)  













Bajé a desayunar y allí me encontré con mis padres.

-¡Buenos días! - dije abrazándoles.
-Mm.. se nota que alguien se ha levantado con el pie derecho esta mañana - dijo mi padre revolviéndome el pelo.
-Sí, no como otros a los que no le gusta que le despierten con la música a toda castaña.
-Lo siento mucho hermanito - dije besándole por toda la cara.
-Sí, venga pero para ya.

Todos nos empezamos a reír y comenzamos a desayunar.

-Ricas tortitas - dijo mi hermano cogiendo tres de golpe y llenándose la boca a revosar.
-Sí pero no te las comas todas de golpe que te vas a atragantar - le advirtió mi madre.
-Bueno papá y ¿a donde vamos hoy? - pregunté yo llevándome un trozo de tortita a la boca.
-Había pensado en irnos a ver la Torre Eiffel y museos y luego, por ir a comer a un restaurante en el que ya he reservado mesa.
-¿Y por la tarde?
-Bueno por la tarde yo tengo reunión, si os queréis ir vosotros.
-Sííí, de tiendas por París - dije yo dando palmas.
-Vale, y después...
-Y después a descansar, que llevaremos todo el día por ahí, mañana si eso más.
-Joeer - se quejó mi hermano.
-Venga, iros a terminar de arreglaros y nos vamos - concluyó mi padre.

Subía mi habitación a retocarme el pelo y a ponerme un poco de gloss. Cogí mi móvil y bajé al salón y aún quedaba mi hermano por bajar.

 -¿Aún no ha bajado? -pregunté sentándome en el sillón.
-No, hija, ya sabes cómo es tu hermano, hasta que no se come el espejo no termina.
-¿Qué habláis de mi? - dijo mi hermano entrando en el salón.
-Nada, - dice mi padre - ¿nos vamos?
-Claro.

Fuimos saliendo, andamos hasta el coche que le habían dejado a mi padre. Era un Audi A8, así que ingeniároslo. Un cochazo. Nos montamos, mi padre programó el navegador y nos pusimos camino a ver el primer museo.

-No se lo montan nada mal los de tu empresa, eh  papá - dice mi hermano.
-Está chulísimo - digo yo.
-Más quisieras tu uno así, enana.
-Lo querrás tú, yo tendré uno mejor que este.
-No sé con que dinero te lo comprarás si no estudias.
-Sí que estudio, el que no estudia aquí eres tú.
-Yo ya me saqué mi graduado es su día.
-Ya, pero a que no haces nada.
-No tengo tiempo - se defiende.
-Yo tampoco y aquí estoy, esperando a mi profesor particular, que a saber cuando viene - dije mirando a mi padre.
-Se vendrá con nosotros de viaje en nuestra siguiente parada.
-¿Y dónde es?
-Creo, no estoy seguro, que es Los Ángeles.
-¡¿LOS ÁNGELES?! - gritamos mi hermano y yo a la vez. Mi padre del susto tuvo que frenar de golpe.
-Sí, Los Ángeles y no gritéis que me habéis asustado - dijo poniendo el coche otra vez en marcha.

Mi hermano y yo nos pusimos súper contentos, dábamos palmas y hacíamos planes de lo que haríamos allí.

-Niños, no haceros ilusiones que aún no es seguro.
Mi padre aparacó y bajamos todos del coche.
-Mama, ¿tu sabes lo que sería ir a LA?
-No, no lo sé.
-Pues ya está. LA, espéranos - dije yo concluyendo la conversación.

Estuvimos toda la mañana viendo museos. A las doce yo ya estaba cansada de tanto museo.

-Oye, ¿podemos ir a ya a ver la Torre Eiffel? que me aburro - dije yo sentándome en un banco. Mi hermano me imitó.
-Yo también me quiero ir ya - dijo.
-Terminamos de ver esta exposición y nos vamos a ver la Torre Eiffel, ¿vale? - dijo mi madre.
-Vaaale - dijimos mi hermano y yo, levantándonos cansados.

Cuando acabemos de ver los museos, fuimos a ver la famosa Torre Eiffel. Después de dos horas de cola conseguimos subir a la segunda planta. Yo me quedé boquiabierta, era todo precioso visto desde allí arriba. No sabría cómo describir esa sensación, no tenía palabras, todo parecía que fuesen hormigas de lo pequeño que se veía. A las personas casi no se les distinguía, por no decir que era casi imposible.

-Yo queiro subir hasta la cima - dije yo levantando la cabeza.
-Sí, yo también - dijo mi hermano.
-Otro día, que ahora tengo hambre y la reserva no se puede anular, ya está pagada - nos comunicó mi padre.
-Otro día venimos tu y yo - me dijo mi hermano al oído, yo me limité a sonreirle y a darle un beso en la mejilla. ¿Cómo podía ser tan buena persona? Me preguntaba yo. Hay algunas personas que dicen que es mala persona pero eso me da a entender que no lo conocen lo suficiente, porque admito que mi hermano al principio como le caigas mal, no le vas a caer bien nunca. Me acuerdo, que con mi primer novio se estaba peleando la mayoría del tiempo, no le caí nada bien, y eso que ha sido uno de los mejores novios que he tenido, así que imaginaros como se llevaba con los demás. Es demasiado protector conmigo. Casi no me puedo acercar a ningún chico si él no lo conoce de antes.

Fuimos a comer a un restaurante con mucha clase y yo se podía decir que casi iba en chándal.

-Me podrías haber avisado que veníamos a un restaurante tan lujoso - le dije bajito a mi padre para que nadie me oyera.
-Te dije que era uno de los mejores de París.
-Ya, pero no me esperaba esto.

Mi padre le indicó al chico de la entrada su nombre y él nos acompañó a nuestra mesa del fondo. La comida transcurrió como otra cualquiera y hablando riendo. La verdad es que éramos una familia bastante unida. Cuando terminamos de comer mi padre nos dijo que él se tenía que ir, así que nosotros no pusimos rumbo a comprar ropa, complementos, zapatos, etc.



                                                 

lunes, 10 de diciembre de 2012

Capítulo 1: Venga, demuéstramelo.


-¡Ainhoa, venga que vamos a llegar tarde! ¡Y tú, deja ya de mirarte al espejo que estás ya muy guapo hijo!
-Mamá si aún faltan dos horas para que el avión salga, no grites tanto y relájate - le digo yo acariciando sus hombros.
-Venga chicos que el taxi ya está fuera esperando - nos dice mi padre apareciendo por la puerta.

Una vez que ya estaba todo metido en el coche, nos pusimos camino al aeropuerto. Echaría de menos estar con mis amigos, que rabia me daba no poder quedarme con mi prima o con alguien, aunque fuese con mi abuela pero mis padres no me dejaban se empeñaban en que teníamos que estar todos.

-Papá, yo no entiendo ¿si esto es un viaje de trabajo por que tenemos que ir todos? y, además hace tres meses nos dijiste que Ainhoa y yo nos podríamos quedar la próxima vez que tú te tuvieses que ir - protesta Niko.
-Lo que pasa hijo es que no sabremos cuando podremos volver y si antes no me destinan a otro lado - le explica mi padre.

No me gusta nada oír esas conversiones así que cogí mi iPod, lo enchufé,  me puse los auriculares, subí el volumen a una medida en la cual ya no les escuchase y me puse a mirar por la ventanilla del taxi.

Sentía como algo me meneaba, era mi madre avisándome de que ya aviamos llegado. Una vez que estábamos en el aeropuerto, facturaron las maletas y esperamos a que una voz nos avisase que ya podíamos subir al avión.

-Enana, te echo una al chinchón - me reto mi hermano.
-Sabes que vas a perder, ¿verdad? - le dije yo aceptando su reto.
-Venga ya, si siempre gano yo.
-Uii! Será mentiroso, si siempre gano yo.
-Venga, demuéstramelo.

*Media hora después*

"Señores pasajeros el vuelo con destino París despegara en diez minutos. Vayan yendo a la puerta de embarque."

-Vamos, ese es nuestro vuelo.
-La acabamos en el avión, vamos.

Dicho esto, agarremos nuestras maletas y nos dirigimos al avión. Una vez que a estábamos sentados, mi hermano y yo acabemos la partida y cómo no, gane yo.

-Ves como el que metía eras tú - le dije sacándole la lengua, eso el picaba mucho.
-Algún día de estos te voy a cortar esa lengua.
-JAJAJAJA - empecé a reírme.

Cuando paré de reírme vi que Niko intentaba dormirse, así que cogí mi iPod e hice el mismo proceso que en el taxi, solo que aquí miraba las nubes por encima, preciosas por cierto.

*Un par de horas más tarde*

-¡Wooow! ¡Cómo mola la casa! - dijimos Niko y yo al unísono.
- Yo quiero ver mi habitación, ¿cual es?
-La del fondo a la derecha - me respondió mi padre.

Fui corriendo como pude con la maleta. Cuando entré me quedé sorprendida, era chulísima. Dejé las maletas al lado de la cama, y me tiré en ella. En esta cama no se me salían los pies ni nada, era enorme, doble. Tenía una ventana bastante grande. Me acerqué para mirar a través de ella y me di cuenta que al fondo (aunque bastante lejos) se veía la Torre Eiffel.

-Yo tengo que ir ahí.

En ese momento tocaron a la puerta. Era mi madre.

-¿Te gusta?
-Es preciosa. ¿Cuándo podemos ir? - le pregunte señalando la Torre Eiffel.
-Ahora tu padre se tiene que ir a la oficina, así que supongo que mañana.
-Me parece bien. Una cosa más, ¿cuánto tiempo nos vamos a quedar?
-Creo que dos semanas - dijo mi madre saliendo de mi habitación.
-Seguro que son menos, ya verás.

Empecé a deshacer la maleta, colocar cosas, etc. mientras escuchaba C'mon C'mon.

-Voy a dar una vuelta, ¿vienes? - me preguntó Niko, cuando me vio saltando por toda la habitación y lanzando ropa al aire, no pudo contener la risa - JAJAJAJA Estás loca JAJAJAJA
-Oye, no te rías de mi que me enfado.
-Pero, JAJAJA es que JAJAJA tendrías que verte JAJAJA
-Vale, pues ahora te va ha acompañar quien yo me sé - le dije empujandole para que se fuera de mi  habitación.
-No, no, vale, ya paro pero vente, por fa - dijo arrodillándose.
-Vale, si me lo pides así si que voy, dame cinco minutos.
-Vale - dijo saliendo de mi habitación con una sonrisa de oreja a oreja.

Niko y yo nos fuimos a pasear. Era todo precioso. Lleguemos de nuevo a casa a las nueve de la noche y teníamos hambre, así que cuando lleguemos comimos algo. Luego, yo me fui a dormir, estaba cansada del avión y de pasear. Además mañana tendríamos que ir a descubrir más París.




domingo, 9 de diciembre de 2012

Personajes.


¡Hola hola caracolas!




















Me presento. Soy Ainhoa, tengo 16 años. Adoro pintar dibujar y hacer manualidades, adoro la mayoría de las cosas que se hacen a mano. Me encanta nadar, y en cada ciudad que nos quedamos durante algún tiempo intento apuntarme a algún club. En la ciudad donde estoy ahora hay varios, pero por desgracia no me puedo apuntar a ninguno, ya que en un mes o menos nos volveremos a mudar. También me gusta montar a caballo, hace ya tiempo que no monto y lo hecho de menos, desde que mi abuelo murió no he vuelto a ir a su campo que es donde él tenía los caballos con sus establos. Mi padre trabaja en una empresa que le hace viajar de un lado a otro, algunas personas eso lo verían como una joya ya que nunca habrán viajado, pero a mi ya me cansa tanto coger el avión. Soy bastante extrovertida y no me cuesta nada hacer amigos pero echaré de menos a mis amigos, siempre que pueda intentaré ir a verlos o intentaré que se vengan ellos. Mi hermano siempre se enfada con mis padres cada vez que nos hemos quedado bastante tiempo en un lugar y él ha echo amigos, yo intentó socializarme lo menos posible. Me paso la mayor parte del tiempo leyendo y escuchando música de mis idolos, One Direction. Algún día tengo la esperanza de que de la casualidad que den un concierto en la ciudad que yo este, verlos en directo sería uno de mis mayores sueños. Mi color favorito es el lila, suelo comer bastante y eso se podría considerar una de mis "aficiones", suelo hacer bastante deporte junto con mi hermano y aunque no en la foto salga con el pelo liso en realidad lo tengo rizado, bastante rizado.

















Mi hermano se llama Niko, tiene 18 años. Todo el mundo dice que nos parecemos bastante, aunque no nos veo parecido pero bueno. Tenemos un carácter bastante parecido, lo único que nos puede diferenciar es que el con las chicas no suele durar mucho ya que dice que le aburren, yo pienso que cuando encuentre a alguna chica de la que se enamore la va a cuidar muy bien y no la va a dejar escapar y yo, en cambio, solo he salido con tres chicos, con los que he durado "bastante". Su mayor afición es tocar la guitarra, la toca genial y ha intentado enseñarme pero por más que lo intenta, a mi si no me sale una cosa, no me sale. A estado en una banda, la cual tuvo que dejar por que nos mudamos.

Después también están mis amigos de España (que es de donde soy, por cierto) y mi prima que es a la que suelo ver más tiempo y la que suele viajar más conmigo.
Mis amigas son Alba, que aunque sea tenga un año menos que nostras es la más loca esta (en el buen sentido) y Nuria que tiene la cabeza más sentada que Alba (por decirlo de algún modo), también tengo un amigo que se llama Alberto, es un chico que me apoya bastante. Cuando nos juntamos los cuatro arrasamos, nos lo pasamos súper bien, bueno hasta que yo me fui y ya hace meses que no los veo, espero verlos pronto. Las tres tenemos una cosa en común, nuestros ídolos, One Direction.

Alba, tiene 15 años. Alba es una de las mejores personas que conozco, me cae muy bien y aunque se una pesada, en simpática y alegre y su vida está dedicada a la pasarela y al baile.
















Nuria, tiene 16 años. Es otra de las mejores personas que ahí. Es una chica muy simpática, al principio es tímida pero después cuando te conoce se suelta más. Montábamos juntas a caballo, ahora ella tiene su propio caballo y monta sola.




















Alberto, tiene 16 años, es muy buen chico y  me apoya bastante. Le gusta leer y toca la batería,  él estaba en el mismo grupo que mi hermano.




















Y por último esta mi prima Bárbara, tiene 17 años, es una alegre y muy simpática. Al principio es un poco tímida con las personas que no conoce pero luego si la conoces muy bien te das cuenta de que esta loca. Es una chica que me acompaña en todos la mayoría de los viajes  quien mejor me conoce. Sus ídolos también son One Direction y tenemos el mismo sueño. Adora comprar, es una de sus mayores aficiones.