-No hicimos gran cosa.
-No me lo creo -le digo alzando las cejas y negando con la cabeza.
-Solo fuimos a tomar un helado y luego paseamos un poco, ya está.
-¿Te invitó él?
-Sí, ¿por qué?
-No, por nada, es que como no lo hubiera hecho le pegaría en llegar a casa.
-No seas mala -me dijo dándome en el hombro. - No habría pasado nada sino lo hubiera hecho.
-No lo soy y si él no lo hubiera hecho no sería un caballero.
-Es muy caballeroso y muy amable -dijo sonriendo.
-Lo sé se parece a mí -dije haciéndome el pelo hacia atrás.
-Oye, no te lo creas.
Comencé a reírme, una risa que se empezó ha hacer cada vez más ruidosa y hay gente que se empezó a girar, Verónica se empezó a reír ante la cara que puse.
-No te rías de mí.
-Es que tendrías que ver la cara que has puesto, ha sido buenísima.
Estábamos sentadas en un banco del patio cuando Cata se acercaba a nosotros con tres chicos. Dos de ellos eran los del otro día, uno el novio de Cata y el otro un amigo de ellas y el otro si no me equivocó era Lucas mi compañero de clase.
-Hola -dijeron sentándose con nosotras.
-Hola -respondí.
-¿Qué tal? -les preguntó Verónica.
-Bien -dijo el amigo de estas. - Me llamo Álvaro, ¿y tú?
-Yo soy Ainhoa, encantada.
-Yo soy Bruno, el novio de Cata.
-Y a mi ya me conoces -dice Lucas sonriéndole.
-Sí.
-¿Os conocéis? -pregunta Verónica.
-Lo he conocido antes en clase.
Pasamos el rato riéndonos, hablando de cosas del pasado y eso.
Cuando acabaron las clases Lucas insistió en acompañarme me dijo que vivía dos calles más abajo del apartamento. Estuvimos todo el camino hablando, este chico era muy majo y se le veía buena persona. Llegamos a la puerta.
-¿Quedamos esta tarde? -me preguntó.
-Claro.
-¿A qué hora te viene bien?
-A las seis y media, ¿vale?
-Perfecto.
-Te llamo antes para ver donde quedamos, ¿vale?
-Claroo.
Me dio su número, no dimos dos besos y nos despedimos. Vi como se alejaba calle abajo, giró la calle y yo entré entre en el apartamento, me metí en el ascensor y pulsé el botón de mi planta.
-Hola hija, ¿qué tal el día? -me preguntó mi madre desde el salón.
-Bastante bien, he conocido a gente nueva -digo sonriéndole y dándole un beso en la mejilla en forma de saludo.
-Me alegro.
-¿Qué comemos? -preguntó mi hermano entrando a la cocina - Hola enana.
-Hoola.
-Lentejas.
-Vale.
Me fui de la cocina y me metí en mi habitación para hacer los deberes y más si esta tarde quería salir.
Mientras los hacia llamé a Nuria para quedar antes de ir con Lucas.
Quedamos donde siempre a las cinco.
-Ainhoa a comer.
-Ya voy.
Cerré la libreta y me dirigí a la cocina.
-Esta tarde he quedado.
-¿Con quién? -me pregunta mi padre.
-Con Nuria.
-¿Seguro? -me pregunta esta vez mi hermano. A veces eran demasiado protectores.
-Claro.
-La chiquilla tiene derecho a qudar con quien quiera, sismpre que sea moderado.
-Si si.
Creo que mi madre ya sabe que no solo he quedado con Nuria.
Terminamos de comer y yo me fui a mi habitacion para arreglarme. Me puse unos shorts negros, una camiseta com flores de colores y unas sandalias, me pinté un poco y sali en dirección
Me despedi de mis padres y me puse rumbo a ver a Nuria.
-Hey! -le dije nada más verla.
-Hola.
-Vamos a un sitio más tranquilo.
-Vale.
Llegamos hasta un parque en el que no había mucha gente.
-¿Y qué hacemos? -preguntó.
-Había pensado en que podiamos llamar.
-¿A los números que nos dieron?
-Sí.
-Vale, me parece bien.
Saqué de mi bolso el papelito donde estaban apuntados y ella sacó su móvil.
-¿Lista?
-Estoy neviosa, muy nerviosa.
-Yo tengo que admitir que también.
-¿A cual llamamos?
-Al primero.
Le mostré el primer números que había escrito. Ella lo marcó, puso el altavoz y despues de tres tonos descolgaron.
-¿Si? -se oyó una voz por detrás del teléfono.
*Me gusta*
No hay comentarios:
Publicar un comentario